LA INFANCIA ES UNA OBRA DE ARTE VIVA
¿Te acuerdas de lo que querías ser de mayor?
Yo quería ser muchas cosas y hoy, que celebramos el Día del Niño, me da por pensar que en esa maraña de deseos estaba mi verdadero talento: sentirlo todo intensamente y no saber elegir una sola cosa. Ser niño es eso, ¿no? Vivir con una intensidad tan salvaje que cada cosa puede ser el centro del universo por un rato.
La infancia no es solo un recuerdo. Es semilla.
En Kripties Fundación hablamos mucho de legado, de identidad, de futuro. Pero el futuro no se construye solo con planes, se riega cada día con el asombro de quienes hoy miran por primera vez el mundo con ojos nuevos. La infancia no es un problema a educar, es una obra en proceso. Y como toda buena obra, necesita libertad, ternura y espacio para equivocarse.
A veces olvidamos que un niño no necesita que lo convirtamos en alguien: Ya es alguien. Lo que necesita es tiempo, escucha y un entorno que no le apague la curiosidad.
Proteger la infancia es proteger la imaginación
Hoy, desde Kripties, reivindicamos el arte de imaginar como derecho. La infancia necesita espacios para jugar, crear, aburrirse incluso. Necesita adultos que no olviden que alguna vez también fueron niños, probablemente ruidosos y desordenados.
Defender los derechos de la infancia es también defender su poder creativo, su singularidad, su capacidad de imaginar mundos más amables. Y eso, créeme, es político. Es urgente. Y es profundamente humano.
Si estás leyendo esto y tienes un peque cerca…
Déjale que te explique su dibujo aunque no entiendas nada. Interésate de por qué un dragón vive en una tostadora o qué hace al volar. Muéstrale que lo que siente importa. Porque quizá, si nos esforzamos en cuidar su mundo ahora, ellos sabrán cuidar del nuestro mañana.
CHILDHOOD IS A LIVING WORK OF ART
Do you remember what you wanted to be when you grew up?
I wanted to be many things, and today, as we celebrate Children’s Day, I can’t help but think that in that mess of desires lay my true talent: feeling everything intensely and not knowing how to choose just one path. That’s what being a child is, isn’t it? Living with such wild intensity that anything can become the center of the universe for a little while.
Childhood is not just a memory. It’s a seed
At Kripties Fundación, we talk a lot about legacy, identity, and the future. But the future isn’t built with plans alone—it needs to be watered daily with the wonder of those who see the world for the very first time. Childhood is not a problem to be solved; it’s a work in progress. And like every great work of art, it needs freedom, tenderness, and room to make mistakes.
Sometimes we forget that a child doesn’t need to be turned into someone—they already are someone. What they need is time, someone who listens, and an environment that doesn’t dim their curiosity.
To protect childhood is to protect imagination
Today, from Kripties, we reclaim the art of imagining as a right. Children need space to play, to create, even to get bored. They need grown-ups who remember they too were once noisy, chaotic kids.
Defending children’s rights also means defending their creative power, their uniqueness, their ability to imagine kinder worlds. And that, trust me, is political. It’s urgent. And it’s deeply human.
If you’re reading this and there’s a little one nearby…
Let them explain their drawing to you, even if it makes no sense. Ask why a dragon lives in a toaster, or what it does when it flies. Show them that what they feel matters. Because maybe—just maybe—if we care for their world today, they’ll know how to care for ours tomorrow.
